En 1926, Ettore Bugatti realizó el prototipo de un coche especial para monarcas: sin embargo, no consiguió venderles ni uno.
El constructor francés pensó que podría producir unos 25; en cambio consiguió producir sólo 6, tres de los cuales fueron vendidos en Francia, Alemania y Gran Bretaña y los otros tres utilizados por la familia Bugatti.
El motor de serie era un ocho cilindros en línea de 12,7 litros. En cambio, el prototipo llevaba uno de casi 15 litros. La potencia era tan exuberante que la segunda de las tres marchas era directa y la tercera se utilizaba como overdrive.
El prototipo fue presentado al Rey de España Alfonso XIII: fue el único soberano que se interesó por ese vehículo, pero abdicó antes de poder adquirirlo.
Los chasis del Royale montaron carrocerías de los mejores especialistas del momento: desde el torpedo Packard hasta el cupé Napoleón, diseñado por Jean Bugatti.
El primer ejemplar se lo quedó la familia Bugatti: fue durante años el coche personal de Ettore Bugatti y sigue siendo aún uno de los modelos más prestigiosos: está expuesto en el museo nacional del automóvil de París junto a la limusina diseñada por Park Ward.
Ficha técnica
Motor: 8 cilindros en línea, 125 x 130 mm, 12.763 cm; 24 válvulas, árbol de levas en cabeza; potencia máxima 300 CV a 2.000 rpm.
Transmisión: tracción trasera, cambio manual de tres velocidades.
Suspensiones: anterior, eje rígido, ballestas semielípticas y amortiguadores de fricción; posterior, ballestas de cuarto de elipse, amortiguadores de fricción.
Frenos: de tambor.
Dimensiones: batalla, 432 cm; vías, anterior y posterior 160 cm; peso, aproximadamente 3.000 kg.
Velocidad máxima: aproximadamente 200 km/h.