La gran recesión que, a principio de los años treinta, golpeó a la industria automovilística europea también afectó a la famosa marca francesa que construía por igual coches de carreras y de lujo.
A este factor hay que añadir la lenta evolución, debida a la política del mismo Ettore Bugatti, el cual frenaba las evoluciones más modernas. A su hijo Jean le costó mucho trabajo hacerle ver que, pese a ser los Bugatti unos coches excelentes, tenían que modernizarse para mantenerse en línea con la evolución.
En 1934 salió el famoso Tipo 57, un coche que había sido construido bajo la dirección de Jean Bugatti pero, pese a sus cualidades, el padre le obligó a utilizar aún el chasis rígido delantero y los frenos por cable; Jean, con gran diplomacia, aceptó la imposición.
Pero posteriormente, cuando tomó la dirección de la empresa, no tardó en poner en práctica algunas soluciones originales, pese a encontrarse frente a una importante crisis económica.
El prototipo del Tipo 64 se probó en 1939. Pese a conservar el típico estilo Bugatti, presentaba distintas novedades: el chasis de aleación ligera, el sistema de frenado hidráulico y el cambio electromagnético Cotal.
El motor era el probado ocho cilindros en línea con dos árboles de levas en cabeza. El prototipo presentaba una carrocería cupé de cuatro puertas, cuya línea recordaba mucho a la del cupé Atlantic.
FICHA TÉCNICA
Motor: 8 cilindros en linea; 4.432 cm3; doble árbol de levas en cabeza; potencia máxima, 180 CV a 5.500 rpm.
Transmisión: tracción trasera, cambio electromagnético Cotal.
Suspensiones: anteriores, independientes, muelles helicoidales; posteriores, puente semiflotante.
Frenos: de tambor.
Dimensiones: batalla, 330 cm; vias, anterior y posterior, 135 cm.
Velocidad máxima: 180 km/h.
El Tipo 64 sucedía al famoso 57, aunque presentaba varías novedades técnicas.