Su denominación exacta era 508 C; la Fiat lo lanzó en mayo de 1937 como el Nuevo Balilla, pero pronto se impuso como el «1100».
Primero de una larga lista de coches que la casa turinesa produjo durante 30 años, difería profundamente del Balilla, del que usaba sólo el motor de la versión Sport, con menor compresión y menor potencia (32 CV contra 36 CV).
La mecánica del nuevo coche presentaba numerosas y sustanciales innovaciones: de la culata en aluminio a las suspensiones de ruedas independientes, el depósito del carburante situado detrás, alimentación por medio de bomba y frenos de tambor de mayor diámetro.
Totalmente nueva, respecto al Balilla.
era también la carrocería de cuatro puertas; se acabaron las líneas rectas o angulosas, ahora el perfil era aerodinámico y de formas redondeadas.
El 508C era, sin duda, uno de los coches utilitarios más avanzados de Europa.
El estallido de la segunda guerra mundial penalizó mucho su difusión; en 1939 se había justo acabado una nueva serie llamada simplemente «1100» con un frontal distinto.
La producción se reemprendió después de la guerra hasta 1953 y se fabricaron más de 157.000 unidades.
Ficha técnica
Motor: 4 cilindros en línea; 68 x 75 mm; 1.089 cm3; válvulas en cabeza; potencia máxima, 32 CV a 4.000 rpm.
Transmisión: tracción trasera, cambio manual de 4 marchas.
Suspensiones: anteriores, independientes con muelles helicoidales y amortiguadores hidráulicos; posteriores, eje rígido, ballestas semielípticas longitudinales, amortiguadores hidráulicos.
Dimensiones: batalla, 242 cm; vías, anterior y posterior, 148 cm.
Velocidad máxima: 120km/h.

Veloz, robusto y económico, el Fiat 508C fue uno de los mejores coches producidos a finales de los años treinta.